Los agentes de IA desempeñan un papel creciente en la automatización de tareas y la mejora de la productividad empresarial. Sin embargo, su eficacia a menudo está limitada por silos tecnológicos y una interoperabilidad insuficiente entre sistemas. Para abordar este desafío, Google ha anunciado recientemente el lanzamiento del protocolo Agent2Agent (A2A), un estándar abierto diseñado para facilitar la colaboración entre agentes sin importar su proveedor o entorno de implementación.

Una respuesta a la fragmentación de sistemas

La aparición de agentes autónomos, capaces de actuar de manera semi-independiente en tareas complejas, ha generado un nuevo reto: su capacidad para colaborar eficazmente en entornos heterogéneos. 
Es en este contexto que se sitúa A2A. Diseñado como un protocolo de comunicación entre agentes, se basa en estándares ampliamente adoptados como HTTP, JSON-RPC y Server-Sent Events (SSE), con una arquitectura orientada a la seguridad, la modularidad, y el soporte de tareas largas o multimodales. Los agentes pueden descubrirse mutuamente, compartir "mapas de capacidades" y colaborar a través de intercambios estructurados en torno a objetos-tarea y artefactos.
Con más de 50 socios tecnológicos y proveedores de servicios como Atlassian, PayPal, Salesforce, SAP, ServiceNow, y firmas de consultoría como BCG, Deloitte y McKinsey, A2A cuenta con un amplio apoyo industrial.

¿Cómo funciona A2A?

El protocolo A2A establece un marco de comunicación estructurado entre dos tipos de agentes: el agente cliente, que inicia y formula las tareas a realizar, y el agente remoto, encargado de responder ejecutando las acciones solicitadas o proporcionando la información relevante. Esta distribución funcional busca modelar una lógica de delegación clara dentro de un entorno multi-agente.
Un organigrama ilustrado mostrando el flujo de datos entre el agente remoto y el agente cliente para producir una colaboración segura, la gestión de tareas y estados, la negociación de la experiencia del usuario y el descubrimiento de capacidades
Crédito Google 
 

El protocolo A2A se basa en una arquitectura simple pero efectiva:

  1. Descubrimiento de capacidades : Cada agente publica una tarjeta de agente describiendo sus habilidades y servicios, lo que permite al agente cliente identificar el mejor agente para ejecutar una tarea específica.
  2. Gestión de tareas : Los agentes pueden iniciar y seguir tareas de manera autónoma, sincronizando sus estados de avance.
  3. Colaboración entre agentes : Intercambio de mensajes, artefactos e instrucciones para coordinar acciones.
  4. Negociación de formatos : Los agentes adaptan sus respuestas a las necesidades específicas de sus interlocutores (texto, imagen, video…).
Por ejemplo, en un proceso de reclutamiento, un agente podría identificar candidatos calificados, mientras que otro organizaría las entrevistas y un tercero realizaría las verificaciones de referencias, todo de manera transparente y automatizada.
Según Google :
"Este esfuerzo de colaboración refleja una visión compartida de un futuro donde los agentes de IA, independientemente de sus tecnologías subyacentes, podrán colaborar de manera transparente para automatizar flujos de trabajo empresariales complejos y alcanzar niveles de eficiencia e innovación sin precedentes. Creemos que esta interoperabilidad universal es esencial para realizar plenamente el potencial de los agentes de IA colaborativos".

Para entender mejor

¿Qué es el protocolo JSON-RPC y por qué es crucial para A2A?

JSON-RPC es un protocolo de llamada a procedimiento remoto que utiliza JSON para codificar llamadas. Es crucial para A2A ya que permite una comunicación eficiente y estandarizada entre agentes, facilitando la interoperabilidad necesaria para alcanzar los objetivos de A2A.

¿Cuáles son los desafíos normativos relacionados con la interoperabilidad de los agentes de IA bajo estándares abiertos como A2A?

Los desafíos normativos incluyen la protección de datos, la privacidad y las prácticas justas de procesamiento de la información. Las regulaciones como el GDPR en Europa imponen restricciones sobre el intercambio de datos, lo que puede complicar la interoperabilidad y la colaboración entre agentes de diferentes proveedores.